Creemos que se deben adoptar nuevos hábitos de vida y una cultura basada en el bien común, el respeto y la valoración de su patrimonio familiar, su comunidad y su entorno. Procure acciones encaminadas a la convivencia vecinal.
Darse el tiempo para conocer a los vecinos es muy importante.
Pero, ¿Qué diferencía existe entre ser un buen vecino y ser un mal vecino?
En todo momento se deben realizar acciones enfocadas a mejorar el entorno, la vivienda y la comunidad, así usted mejora la calidad de vida y bienestar en un entorno sustentable.
A continuación le dejamos unos sencillos consejos para convertirse en un buen vecino.
De la Bienvenida a su nuevo vecino. Con sólo conocerlo, ellos serán más conscientes de que existe alguien al otro lado del muro.
Cuide los espacios que sean compartidos. Si usted los cuida como si fueran parte de su propiedad (que en cierto sentido lo son), evitará fricciones innecesarias con sus vecinos.
Ofrezca su ayuda. Si la familia de enfrente está a punto de viajar, no está de sobra que le pregunte si necesitan qu esté pendiente de cualquier evento que pudiera ocurrir respecto a su casa.
Aprenda. Más que diferencias, piense en las costumbres de sus vecinos como oportunidad de aprender y vivir experiencias nuevas. Así se trate de la música que escucha o sus costumbres; busque enriquecer su vida en lugar de sufrir.
Evite ruidos innecesarios o fuera de horarios. A nadie le molestará que tenga una fiesta de vez en cuando, pero evite hacerlo entre semana, incluso si está de vacaciones. También intente que los sonidos estruendosos (aspiradoras, martillazos, etc.) no se den en horas inusuales.
Solucione con calma los problemas. Haga lo que sea necesario para discutir esos asuntos que le molestan, sin alterarse.
Celebre. No hay mejor manera de construir vínculos amistosos con sus vecinos que invitarlos a una fiesta. Sugerimos que planees al menos una por año.